Hola, soy Cecilia de Tapia, alumna de 1º ESO D, y os presento una nueva audio-experiencia lectora para nuestro blog, Apuntes de Lengua, y para el proyecto Kuentalibros. En el capítulo de hoy os presentamos La guerra de los botones, del autor Louis Pergaud.
Este libro cuenta las hazañas entre dos pueblos rivales, Longeverne y Velrans.
Todo empezó cuando unos niños de Longeverne descubrieron a los de Velrans cazando en sus tierras. Rápidamente se lo fueron a decir a Pacho, el jefe de la patrulla de Longeverne y no dudó en declararles la guerra. A partir de aquí, cuando salían de la escuela, iban a un pequeño bosque donde se encontraban con los de Velrans. En estos enfrentamientos tenían que luchar hasta apresar a uno o varios contrincantes, y una vez separados de su grupo, les arrancaban los botones de la camisa, de los pantalones ..., y además les cortaban los cordones de los zapatos.
Un día en la escuela, Pacho no se aprendió la lección, y tuvo que quedarse toda la tarde sin poder luchar; esta misma tarde, en el enfrentamiento, cogieron a Gran Clarc y Chiqui Clarc, dos guerrilleros de Longeverne. Cuando Pacho terminó el castigo y se enteró fue en su busca pero a él también le cogieron. Al llegar a su casa su padre le dio una paliza porque su ropa era nueva y la había destrozado en la pelea.
Después de varios enfrentamientos, todos sacaron una conclusión: deberían comprar botones, cordones, aguja e hilo para poder coserlo y no llevarse doble paliza por parte de sus padres. Así lo hicieron; compraron todo los necesario y, la Mari, que así llamaban a la hermana de Tintín, se encargaría de coser los botones. Pero esto no salió bien porque Tintín, que se encargaba de llevar los botones conseguidos, no podía luchar para no arriesgar el tesoro, y además, recibía palizas por parte de sus padres y del profesor, pues pensaban que era él el que robaba los botones, así que decidieron construir una cabaña para guardar su tesoro y evitar problemas de este tipo, pero Vaquero, un traidor de Longeverne, les delató, y contó a los de Velrans dónde estaba la cabaña y no tardaron en destrozar y saquear el tesoro. Cuando se enteraron de la traición, pegaron y maltrataron a Vaquero, y éste, cuando volvió a su casa, contó todo lo que habían hecho, y a los demás les prohibieron volver a luchar, pero no pudieron impedirlo; se fueron preparando para la siguiente batalla.
Esta historia demuestra el valor de la amistad porque en el pueblo de Longeverne, todos intentan ayudarse en la escuela, luchando, etc. También demuestra que en todos los sitios puede haber traidores y mentirosos. Se lo recomiendo a la gente que les gusten los libros de emboscadas.
Este libro cuenta las hazañas entre dos pueblos rivales, Longeverne y Velrans.
Todo empezó cuando unos niños de Longeverne descubrieron a los de Velrans cazando en sus tierras. Rápidamente se lo fueron a decir a Pacho, el jefe de la patrulla de Longeverne y no dudó en declararles la guerra. A partir de aquí, cuando salían de la escuela, iban a un pequeño bosque donde se encontraban con los de Velrans. En estos enfrentamientos tenían que luchar hasta apresar a uno o varios contrincantes, y una vez separados de su grupo, les arrancaban los botones de la camisa, de los pantalones ..., y además les cortaban los cordones de los zapatos.
Un día en la escuela, Pacho no se aprendió la lección, y tuvo que quedarse toda la tarde sin poder luchar; esta misma tarde, en el enfrentamiento, cogieron a Gran Clarc y Chiqui Clarc, dos guerrilleros de Longeverne. Cuando Pacho terminó el castigo y se enteró fue en su busca pero a él también le cogieron. Al llegar a su casa su padre le dio una paliza porque su ropa era nueva y la había destrozado en la pelea.
Después de varios enfrentamientos, todos sacaron una conclusión: deberían comprar botones, cordones, aguja e hilo para poder coserlo y no llevarse doble paliza por parte de sus padres. Así lo hicieron; compraron todo los necesario y, la Mari, que así llamaban a la hermana de Tintín, se encargaría de coser los botones. Pero esto no salió bien porque Tintín, que se encargaba de llevar los botones conseguidos, no podía luchar para no arriesgar el tesoro, y además, recibía palizas por parte de sus padres y del profesor, pues pensaban que era él el que robaba los botones, así que decidieron construir una cabaña para guardar su tesoro y evitar problemas de este tipo, pero Vaquero, un traidor de Longeverne, les delató, y contó a los de Velrans dónde estaba la cabaña y no tardaron en destrozar y saquear el tesoro. Cuando se enteraron de la traición, pegaron y maltrataron a Vaquero, y éste, cuando volvió a su casa, contó todo lo que habían hecho, y a los demás les prohibieron volver a luchar, pero no pudieron impedirlo; se fueron preparando para la siguiente batalla.
Esta historia demuestra el valor de la amistad porque en el pueblo de Longeverne, todos intentan ayudarse en la escuela, luchando, etc. También demuestra que en todos los sitios puede haber traidores y mentirosos. Se lo recomiendo a la gente que les gusten los libros de emboscadas.
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