Iba a ser el cumpleaños de Jaime y sus amigos le querían hacer un regalo que no iba a olvidar en la vida.
Le llevaron al cementerio engañado para darle la sorpresa, le enseñaron un nicho en el que estaba escrito su nombre la fecha de nacimiento y la fecha de su muerte.
Jaime se asusto tanto y se enfado con sus y se marchó del cementerio.
A partir de ese día todos los amigos que le gastaron la broma empezaron a tener mala suerte. Y Jaime se pensaba que a él también le iba a venir la mala suerte.
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