Christopher Boone tiene quince años y padece una forma leve de autismo. Sabe mucho de matemáticas y poco sobre los seres humanos. Le gustan las listas, los sistemas, la verdad...
Odia el amarillo, el marrón o que le toquen. Nunca ha ido sólo más allá de la tienda de la esquina, pero cuando descubre que alguien ha matado el perro de una vecina, decide iniciar una investigación.
La búsqueda de éste joven, admirador de Sherlock Holmes, cuestionará el sentido común y el comportamiento de los adultos que le rodean.
A mí me encantó el libro. Además se lo suelo recomendar a mis alumnos de inglés, porque el idioma no es demasiado difícil y es una muy buena introducción a la lectura de novelas en inglés sin facilitar.
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