viernes, 9 de marzo de 2012

Un reloj con plumas

 Sofía, del CP Voramar, tiene clara su recomendación lectora.

Había una vez un reloj despertador que no sabía contar, pero lo que es sonar, sabía sonar de maravilla. Un día lo echaron del escaparate de la relojería, y al pobre reloj no le quedó más remedio que encontrar una solución a su falta de precisión.

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